jueves, 19 de septiembre de 2013

Ramsey es la estrella

Mucho se ha escrito y hablado sobre la importancia que tendrá Özil en el nuevo proyecto del Arsenal. Mucho, muchísimo. Se presume que será el líder gunner a partir de ahora. Pero lo cierto es que el jugador que está tirando del carro es uno del que no se esperaba: Aaron Ramsey.

Pero ¿quién es Aaron Ramsey? Ramsey es un joven futbolista galés que deslumbró a toda Gran Bretaña en su temporada de debut con el Cardiff City en 2007. Wenger se enamoró de él, pagó cinco millones de libras y se lo llevo a Londres a la temporada siguiente, con 17 años recién cumplidos. Su progreso era adecuado y el “offence-minded Roy Keane” que fichó el alsaciano olía a estrella mundial. Pero un hecho lo marcó definitivamente: el 27 de febrero de 2010, en el Britannia Stadium, el defensa del Stoke City Ryan Shawcross se pasó de bruto. Le destrozó la pierna derecha y a punto estuvo de hacer lo mismo con su carrera. Doble fractura de tibia y peroné. El mundo se le venía encima.

Nueve meses más tarde volvió a sentirse futbolista. Volvió a los terrenos de juego con los reservas del Arsenal. Para completar su recuperación tuvo que salir de la city cedido en dos ocasiones: la primera con destino Notthingham para formar parte de la plantilla del mítico Forest; la segunda, de vuelta a casa, Cardiff.

Una vez recuperó el tono físico y las sensaciones, Wenger volvió a confiar en él. Pero algo había cambiado en Aaron: su fútbol no era el mismo. Pasó de ser un proyecto de estrella a un futbolista absolutamente intrascendente en un Arsenal decadente. Quizá buena culpa de ello la tuvo que el galés no fuera capaz de tomar el testigo de las estrellas que se marchaban del Emirates. Era un juguete roto del fútbol, más famoso por esa supuesta maldición que dice que un famoso muere cuando él marca que por su juego.

Pero el Ramsey de esta temporada poco tiene que ver con el que se había visto hasta ahora. Ni con el intrascendente futbolista que se paseaba por los terrenos de juego con la camiseta del Arsenal, ni con el delicioso mediapunta que se perdió para siempre sobre el césped del Britannia. Aunque los dos han influido en él de manera decisiva. Ahora, Ramsey es un futbolista agresivo, con una mentalidad de hierro y un trabajo físico intachable. Su talento se mantiene casi intacto, pero ya no es el sustento principal de su juego: ahora su fútbol no se juega con los pies, sino con la cabeza. Es algo menos brillante y sedoso pero mucho más efectivo. Ha retrasado su posición para situarse en la base de la jugada, desde donde explota para devastar las líneas rivales. Futbolista completísimo: el primero en ejercer la presión en el centro del campo, roba una buena cantidad de pelotas, inicia la jugada y la conduce, y se asoma al área con frecuencia y acierto. Sus números esta temporada son impresionantes: seis goles y una asistencia en siete partidos entre Premier y Champions.


Ramsey ha sabido sacar partido de las desgracias. Ahora tiene una mentalidad a prueba de bombas que se manifiesta en forma de liderazgo en el verde y que contagia a todos sus compañeros. Si alguien quiere buscar una explicación al cambio en la forma de entender el fútbol del Arsenal esta temporada, contundente y agresivo durante los noventa minutos, debe observar atentamente cada movimiento del galés. Es la base del proyecto porque Ramsey siempre fue Arsenal y el Arsenal siempre fue Ramsey. Desde el día que salió de Cardiff con pinta de gran pelotero hasta hoy que verdaderamente muestra ser una especie de Roy Keane con mentalidad ofensiva. Y los gunners merecen comer los frutos que hoy recogen: en el momento más duro de su carrera, cuando el chico estaba tan destrozado como su pierna y la fecha de su reaparición era un misterio, apostaron por renovarlo en un gesto de fe. Deben felicitarse en las oficinas del club (sobre todo Wenger, su gran valedor): tienen un futbolista increíble.

PabloG.

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