sábado, 23 de junio de 2012

Joachim Löw y su Máquina del Fútbol


Ya está la increíble Mannschaft entre las cuatro mejores selecciones del continente, además, siendo la única con pleno absoluto de victorias. Bien es cierto que finalmente el “grupo de la muerte” no fue tan fiero como lo pintaban, sobre todo gracias a la desengrasada Naranja Mecánica, y que Grecia no es el rival más fuerte de estos cuartos de final, pero la realidad es que ahí están, y que no sorprende a nadie, porque el nivel de juego exhibido sólo está al alcance de los elegidos. Probablemente, Alemania sea, junto a España, la única selección que ha cumplido todas las expectativas que en ella se depositaban; es el rival a batir y el que más respeto produce actualmente.

La clave de este éxito no es fruto de un día, sino de un concienzudo trabajo de reconstrucción que Joachim Löw llevó a cabo tras la dolorosa derrota en la final de la Euro 2008 frente a España, con un solo objetivo: parecerse lo más posible a ese equipo de ensueño español sin perder la identidad alemana. Esta idea llegó al Mundial de Sudáfrica a medio madurar, pero a pesar de ello, la selección alemana asombró al mundo y se coronó tercera del campeonato, volviendo a ser eliminada por su referente, España. Pero esta vez, el proceso que comenzara Löw en 2008, se encuentra en el momento óptimo para ser coronado con un título, porque a los jugadores que lograron el tercer puesto en Sudáfrica, se ha sumado una hornada de jóvenes talentos alemanes con un potencial asombroso, como el fantástico central Hummels, que no han hecho más que multiplicar el poderío de una selección aspirante a todo.

Quizá fue sorpresivo para muchos que en el partido de ayer y sin venir a cuento aparentemente, el bueno de Joachim decidiera dejar en el banquillo a pesos pesados como Müller o Podolski para dar entrada a Schürrle y al inédito Marco Reus. Tiene fácil explicación que no le temblara el pulso al seleccionador alemán a la hora de tomar esas decisiones tan importantes a simple vista, y es que la confianza que tiene Löw en sus jugadores es infinita, pero no porque él sea un hombre que la deposite con facilidad, sino porque sus futbolistas siempre responden en el campo, porque prácticamente cualquiera de los que tiene en el banquillo podría ser titular sin despeinarse mucho.


Lo que no fue una sorpresa fue el rendimiento que dio entre líneas Marco Reus, jugador que ya analizamos en este blog con anterioridad, porque su verticalidad ofensiva es archiconocida en Alemania y allende sus fronteras. De todas formas, en el partido de ayer estuvo pletórico y rindió al máximo nivel que se le ha visto esta temporada al Mejor Jugador de la Bundesliga 2011/12, sólo comparable al partidazo que realizó ante el Bayern Múnich en liga y poco más. Pero lo realmente asombroso de Alemania es que su fondo de armario no termina en Schürrle o Reus, o en el relevo que se puedan dar mutuamente Klose y Mario Gómez. Joachim Löw tiene todavía mucho talento por enseñar sentado en la banca, como Gündogan, el cerebro del Dortmund bicampeón de Alemania, o su compañero Mario Götze, que a buen seguro es el jugador con más calidad de esta selección alemana, y que aunque ayer disputó algunos minutos, entró cuando el partido estaba totalmente roto.

Pero tampoco hay que centrarse únicamente en la savia nueva que ha entrado de cara a esta Euro 2012, porque si Alemania es un equipo aspirante a todo es gracias a lo que queda de la Euro 2008 y al bloque que fue a Sudáfrica. De ahí brillan seis nombres con luz propia, los “veteranos” Lahm y Schweinsteiger, y los Khedira, Özil, Müller y Mario Gómez. Los dos primeros son el alma de la Mannschaft, los capitanes del equipo, y el símbolo del viejo estilo alemán. Aunque Schweinsteiger sigue arrastrando las molestias que le han lastrado durante toda la temporada, su presencia es imprescindible por el carácter que le imprime al equipo. Los cuatro últimos son el claro ejemplo del cambio de ciclo en el fútbol alemán, ese cambio que les ha llevado a la gloria. Con la calidad técnica de Müller y Özil, el director de orquesta de los germanos, en la mediapunta, y el instinto goleador de guante blanco del hispano-alemán, la presencia 'box to box' de Khedira es lo poco que diferencia a Alemania de su referente, España.

Sin duda, Alemania sigue manteniendo la esperanza de todos sus aficionados y de los aficionados al buen fútbol en general. Con su candidatura ya más que presentada, sólo queda ver quién puede parar a esta máquina de fútbol. Y la verdad es que sólo se me ocurre un candidato, el de siempre.

PabloG.

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