Duelo
espectacular en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid, el equipo de los récords,
llegaba a la cita enrachado a tenor de sus últimos resultados positivos,
enfrente, un Málaga motivado por encontrarse en puestos Europeos y por el
aliciente en sí que supone jugar en el feudo blanco. Para más inri, continuaba
el eterno morbo de volver a ver a Pellegrini en el banquillo del Bernabéu
teniendo en frente al siempre peligroso Mourinho. El partido estaba cargado de
emoción.
El Málaga plantó cara
pero el Madrid puso el gol
Llegaba
a Madrid el Málaga con la baja más sensible que podía tener: la de su sustento
en el mediocampo, Toulalan. Por este motivo, Pellegrini decidió alinear en el
once a un veterano de guerra curtido en mil batallas con el fin de desmantelar
el ataque madridista desde la raíz, a Demichelis, junto a Camacho. Y no le
salió del todo mal la jugada a pesar de lo aparentemente defensivo que pueda
parecer el cambio, ya que el Málaga movió el balón de un lado a otro disputándole
la posesión a un equipo tan grande como es el Real Madrid. La jugada más clara
para los malacitanos llegó en un balón interior de Cazorla que Rondón no pudo
introducir en la red debido a que Casillas estuvo muy atento, pero el Málaga
avisaba de que no llegaba a Madrid de turismo, quería los tres puntos. Mientras
el Málaga quería la pelota y tocaba y tocaba hasta la saciedad, dirigidos por
Isco, Cazorla y Joaquín, en el conjunto blanco se sucedían las contras,
inquietando el marco de Caballero. Fue una primera parte muy entretenida en la
que el Málaga mereció más que su rival, que sólo logró aproximarse al área
blanquiazul por medio de sus contras letales, que no es poco. El Bernabéu
apretó como nunca, en parte debido a las exigencias de su líder Mourinho, en
parte porque sentía como los malagueños podían someter a los blancos. Pero
cuando mejor estaba el conjunto visitante, apareció Ronaldo por banda
izquierda, y tras acomodársela a su pierna buena puso un gran centro a la
cabeza de Benzema que el francés, sin oposición y con la inestimable
colaboración de Caballero, logró transformar en el primero cinco minutos
después de la media hora de partido. Los boquerones, tras haber aguantado todas
las embestidas de los blancos, veían como su trabajo se iba al traste por una jugada
puntual.
Los dioses iluminaron
el balón y Santi lo clavó en la escuadra
La
segunda mitad arrancó dubitativa para los malaguistas, que salieron algo
despistados y concedieron demasiado a su rival. Buena muestra de ello fue la
jugada más determinante del encuentro, la que marcó el devenir posterior,
cuando Ronaldo se plantó sólo ante Caballero tras la enésima contra letal de
los blancos. El portugués lanzó perfectamente, pero el argentino respondió con
una parada de prodigio, digna de los más grandes, redimiéndose del error del
primer gol. Ahí se vio la diferencia de este Málaga con el que había pasado por
el Bernabéu en años anteriores: este tenía el hambre de antaño aunado a la
calidad actual. Pero Pellegrini quiso restar toque a su equipo quitando a Isco
y apostando por la velocidad en banda de Eliseu, a la par que retiraba a Rondón
dando entrada al ovacionado Van Nistelrooy. Pero los blanquiazules acusaron el
desgaste realizado en la primera mitad y sufrieron más de la cuenta en la
segunda, ya que sin piernas y sin la batuta de Isco, el equipo iba naufragando
en la que parecía la enésima derrota en el feudo blanco. Callejón, Özil y
Benzema, que falló incomprensiblemente tras una asistencia de cine del alemán,
se empeñaban en afirmarlo, pero la suerte estaba del lado malaguista como se
demostró en los minutos finales, cuando el Málaga parecía volver a renacer. Se
pidió penalti de Camacho sobre Marcelo, algo a lo que el colegiado hizo oídos
sordos debido a las reiteradas caídas blancas en el área malaguista. Y en
estas, en el segundo minuto del descuento, Cazorla cayó en el borde del área. Él
mismo se apresuró a colocar la bola, a tomar distancia y a observar a su amigo
Casillas. Contuvo la respiración, y con él todo el Bernabéu, todo el
malaguismo. Pitó Ayza Gámez, el asturiano dio seis pasos hacia el balón, seis
pasos hacia la gloria. Su disparo, ejecutado a la perfección, se coló
suavemente por la escuadra de Casillas sin que el “Santo” pudiese hacer nada
más que observar la alegría del asturiano que un día pudo vestir de blanco. Al
final, los blanquiazules se llevaron del Bernabéu un punto con sabor a
victoria, dándole emoción a la Liga.
ALINEACIONES
Real
Madrid: Casillas; Lass, Ramos, Pepe, Marcelo; Khedira, Alonso, Kaká (66’
Callejón), Özil (85’ Granero); Ronaldo, Benzema (86’ Higuaín).
Málaga:
Caballero; Sánchez, Mathijsen, Weligton, Monreal; Demichelis, Camacho, Cazorla,
Isco (58’ Eliseu), Joaquín (71’ Seba); Rondón (58’ Van Nistelrooy).
PabloG.
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